Nuestras tareas de producción básicamente fueron conseguir cosas necesarias para la elaboración del programa ese mismo día, ya que el planteamiento, guión y plan de trabajo lo habían hecho ellos previamente como práctica.
Las necesidades fueron dispares, desde una llave inglesa para montar la iluminación hasta ir a imprimir unas tarjetas para el presentador. También conseguimos, con su correspondiente papeleo, un atril para el decorado, tizas para hacer el premio, y ayudamos a la disposición de los atriles de los concursantes respecto al eje de las cámaras.
Después de la hora del recreo comenzó la grabación al ultimar los detalles, primero grabaron un pequeño espacio publicitario para poner en uno de los cortes del programa. El mismo presentador era el que anunciaba el televisor de último modelo a modo de teletienda. Fue muy divertido.
A continuación todos se prepararon para comenzar a grabar el programa, que se desarrolló con normalidad a excepción de algunos focos del peine que se apagaban por razones desconocidas.
El concurso tenía dos fases, la primera ronda de preguntas, en la que en el recuento final el ganador le podía tirar huevos al perdedor, los cuales estaban mezclados entre cocidos y crudos. En esta fase quedaron empate y por lo tanto pudieron tirarse los huevos ambos. La segunda fase era igual pero con otro final, el ganador le tiraría un plato lleno de nata al otro.
En las fases de las que os he hablado antes el equipo de producción también tuvo su papel, necesitaban un azafato y Santi B. se ofreció, fue el encargado de llevar los huevos, la nata y finalmente el premio al ganador.
También nos encargamos de preparar los huevos en un bol y de echar la nata en los platos.
El programa finalizó a tiempo de volver a grabarlo de nuevo. Esta vez se corrigieron algunos fallos con las preguntas y se llevó a cabo correctamente.
Fue una buena experiencia y muy divertida.
Hasta pronto.
